La Transformación Educativa y los Marcos Ágiles

Desde hace varios años atrás y ahora más aun, con el disruptivo aparecimiento de la Educación virtual o Tele-Educación, se ha hecho necesario ir eliminando poco a poco el modelo educativo tradicional de enseñanza centrado en memorizar y mecanizar, ya que el docente en este proceso “a distancia” ha perdido contacto físico con el receptor y su transferencia de información no llega en las misma condiciones que antes lo hacía.

La pérdida de autoridad de los docentes y la constante búsqueda de nuevas formas tecnológicas de evadir la responsabilidad por parte de los estudiantes, han sido agravantes en un proceso que necesitar ser evaluado con urgencia.

En esta nueva normalidad, se hace preciso hablar entonces de los factores que influyen en el aprendizaje y en la Educación en sí. Podemos asegurar que hoy, con más fuerza que antes, los estudiantes están siendo bombardeados por grandes cantidades de noticias, investigaciones y saberes de todo tipo y a cada minuto; y ahora con su mejor amigo “Google” son capaces, hasta de debatir con el educador más ilustrado, y eso no es del todo malo, pues si esta tarea exige que aprendan a filtrar esa información, analizarla y elegir aquella que sea más útil, será un factor que contribuya al desarrollo de su pensamiento crítico.

Otro factor que influye en el aprendizaje, lo encontramos en Goleman hablando sobre La Inteligencia Emocional, el mismo que asegura que el buen desempeño de un estudiante en la escuela depende del más básico de todos los conocimientos: “EL COMO APRENDER”. Dejando claro que esa responsabilidad del modelo de enseñanza no es del estudiante en sí, sino del docente. El enseña para que el estudiante aprenda.

Lo que sí representa una responsabilidad conjunta, es que los dos deben trabajar en su propia conciencia, regulación y motivación, para a la vez, dedicarse a desarrollar habilidades sociales y empatía hacia los demás, solo así serán considerados inteligentes emocionales.

Algo que sí, nos queda claro, es que existe una distinción entre inteligencia emocional, competencia emocional y educación emocional, sin embargo y antes que entender su concepto, es necesario decir que las tres son imprescindibles para el bienestar emocional educativo.

Si recordamos a Howard Gardner, el acertadamente decía que hablar de inteligencia es hablar una expresión plural, porque no solo hay un tipo de inteligencia (Para él son 9). De ahí el nombre de su propuesta: las inteligencias múltiples. Es decir, hablar de las inteligencias es entender la diversidad de las capacidades humanas de cada uno de los estudiantes y no pensar que todos pueden ser medidos con la misma vara. Mientras unos serán inteligentes usando la lógica, la lingüística o la música otros lo serán siendo visuales/espaciales, naturalistas o existencialistas.

Además, hay un punto que también debemos topar cuando hablamos de educación, y es justamente el que se relaciona con el desarrollo neurológico, ya que, al estar directamente relacionado con el aprendizaje, es necesario decir que este se rige por la acción conjunta de factores genéticos y ambientales. O sea, que el desarrollo de los estudiantes viene impactado por lo que traen de casa y de los otros entornos en los que participan y se desenvuelven. Si estos no mejoran y no son saludables, no serán el clima propenso para un estudiante destacado.

Y todo esto, a pesar de leerlo tan complejo, podemos encontrarlo en un Marco Ágil Educativo, el mismo que de lo primero que se ocupa, es de definir las reglas de trabajo en forma conjunta y los criterios para saber cuándo podemos asegurar que el aprendizaje ha llegado a cada estudiante. Luego definirá también, que es lo que motiva para que ese aprendizaje se de en condiciones de trabajo en equipo, curiosidad, innovación y diversión.

La idea es «aprender — haciendo» en un ambiente donde hay espacio para la reflexión y la adaptación. Siempre considerando el modelo taxonómico para el aprendizaje de Bloom que implica Recordar, Comprender, Aplicar, Analizar, Evaluar y Crear.

Aprender del error e iterar (realizar una acción por algunas veces mediante una mejora continua) se vuelve una necesidad en la Educación Ágil y es aquí donde el estudiante empieza a crear nuevas habilidades, las mismas que su desarrollo será el verdadero desafío que tenga la institución a la que pertenece.

El agilismo en la educación también fomenta la Creatividad, esa habilidad o competencia fundamental para el presente y futuro de los estudiantes. Lo que les ayuda a desenvolverse en escenarios inciertos como los actuales que nos indican que muchos de los empleos que tendrán aún no existen. Esto supone prepararlos para lo impredecible, fomentar su capacidad de adaptación y resiliencia, ofreciendo respuestas y soluciones creativas para situaciones complejas que aún están por llegar.

La comunicación por su parte, debe ser una forma sistémica, organizada y estratégica, que tiene como objetivo ampliar la capacidad de investigar y despertar curiosidad en el estudiante de una manera transparente, clara y sin egoísmos.

Otro punto de enfoque de estos marcos, es trabajar en colaboración y cooperación, entendiendo su diferencia. Mientras Colaborar expresa la idea de que distintos estudiantes aporten partes para realizar una actividad o tarea en común. Cooperar implica que ellos y en equipo construyan algo en común y con el mismo fin.

El pensamiento crítico en el agilismo educativo, se refiere a la capacidad de identificar, analizar, evaluar, clasificar e interpretar lo que está a nuestro alrededor. Los estudiantes conscientes de su propio proceso de aprendizaje se vuelven autónomos. Y esto es lo que les hace tener seguridad en sus actos y decisiones.

Además de todo esto, un marco ágil educativo, trabaja en Valores, como factores que guían a todo el proceso de aprendizaje, entre ellos encontramos:

La confianza, que es la creencia o esperanza firme en que un profesor o grupo de estudiantes sean capaces y deseen actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamiento, sabiendo que los resultados obtenidos obedecen a su esfuerzo porque están reforzados en función de sus acciones y valores.

El Compromiso, que es una obligación contraída o palabra dada, con otros o con uno mismo, y que puede significar muchas cosas: una promesa por cumplir, un sentido de dedicación, una lealtad inquebrantable a un punto de vista dado. Y si vamos más allá: la voluntad de vivir plenamente la propia vida, para hacer que esa vida tenga sentido a través de la aceptación.

Finalmente, hablar de agilidad educativa implica crear un sentido mayor de Responsablidad en los estudiantes, pero este no debe ser considerado como soportar una carga, sino más bien de adquirir un valor de trabajo que al tenerlo y cumplirlo fomenta la capacidad de logro para alcanzar las metas no solo en una institución educativa sino también, en su vida misma.

Entendí todos estos principios y valores y al compartir su propósito y alinearme con ellos, es lo que decidí formarme como Transformador Ágil Educativo, acordándome siempre las palabras de Nelson Mandela: “La Educación es la más poderosa arma que puedes tu usar para cambiar el mundo”

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Tomado del discurso de José Cañizares Casaretto: «Factores para lograr la Transformación Educativa»

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José Cañizares Casaretto Transformador Ágil | Estratega en Innovación y Cultura Organizacional | Formador Ágil Educativo & Certificado eduScrum D.o.R Fecha de publicación: 1 semana 23 artículos ¿Puede un Marco de Referencia Ágil transformar los problemas por los que atraviesa la Educación actual? hashtag#TransformaciónEducativahashtag#EduScrumhashtag#EducaciónÁgil

José Cañizares Casaretto